domingo, 31 de octubre de 2010

Sin Remedio, Pero medicado

Pretender desandar el extraño camino que recorrí hasta ahora con mi terapia es complicado, esta lleno de momentos, pero voy a intentar resaltar aquellos que sirvan para tratar de ordenar, de comprender, de descubrir ¿Dónde fue que en el camino, que iba directo al éxito, se bifurcó en el tremendo quilombo que es mi vida?Pretendo también aquí reordenar las piezas, para que de alguna manera pueda retomar el sendero antes del equívoco y seguir aunque sea con retardo, el designio que le estaba señalado a esta mente sin neuronas y sus eternas boludeces-

Era hipocondríaco lo que a priori suena a mejora, pero deje de serlo ahora directamente soy enfermo, por eso mi epitafio va a decir "Yo les dije que estaba enfermo, vieron". Me invento enfermedades. Maldigo todas las horas de Grace Anatomy, ER emergencias que tengo encima, que me hacen imaginar estrambóticos procesos internos que siento en mi organismo. Además desde que apareció Google me atormento buscando que enfermedad contraje de acuerdo a los síntomas que tengo cada día de mi vida, y siempre encuentro algo que confirma la posibilidad que contraje una enfermedad terminal, que ni el Dr. House podría curar. Prado me prohibió ver esas series y me recetó Pla C Vito.

Yo: Estoy deprimido Prado tengo problemas legales.
Prado: Usted está condenado al fracaso.
Yo: ¿No existe la posibilidad de atenuar la pena?
Prado: No y no joda mas. La defensa descansa
(Por suerte el problema terminó. Ahora soy un rebelde sin causas (penales))

Prado: "Usted hace de la desidia un modo de vida"
Yo: Si y ¿Que? Tal vez no haya un mañana y de esta manera me siento un ganador.
Prado: Si considera que en su vida cuenta con mas victorias que derrotas, usted no ha analizado lo suficiente
Yo: "Yo vivo el hoy"
Prado: Bueno Puñal, nos vemos mañana.
Yo:……

Yo: "Considero que he superado ciertos mecanismos, ya no le busco la quinta pata al gato"
Prado: No, le busca la sexta, la séptima….Puñal la vida es una del cal y una de arena
Yo: Mi experiencia es que es una de cal y novecientas noventa y nueve de arena o ninguna de cal ni ninguna de arena.

A veces pienso que soy mas que un desafío profesional para ella, un gran negocio me aumenta irrisoriamente los honorarios. Esto me puso varias veces al borde del abandono de la terapia y el inminente desembarco en el manicomio.

Yo: Prado estoy endemoniado, ¿Lo cubrirá la obra social? Necesito que me declare insano "ya". Además ya se lo que tengo.
Prado: Deje que yo saqué mis propias conclusiones. Deje que yo y mi diploma decidamos que es lo que tiene… ¿si? Si sabe cual es el problema ¿Para qué viene?
Yo: Disculpe, téngame paciencia, le voy a regalar un libro esta vez de autoayuda.
Prado: No hay problema mi paciencia está tarifada. Y no se moleste con el libro !!!No lo necesito!!!
Yo: Siento que ya puedo manejar mi vida solo.
Prado: Si no puede ni manejar un auto.
Yo: ¿Cómo quiere que maneje sino manejo ni mi ansiedad?
Prado: Lo que dice es una locura.
Yo: ¿Cómo definir la locura?
Prado: Por la cantidad de puñaladas.
Yo: No sea irónica. Estoy solo, necesito alguien que me planche un poco y limpie mi cabeza.
Prado: Su cabeza es imposible de limpiar y lo voy a planchar con Alplax.
Yo: Me muero me saca el Rivotril ¿Qué hago con mis ataques de pánico?
Prado: Si, pero le receto ocho alplax por día.
Yo: ¿Qué dosis? "Estoy loco sin remedio"
Prado: Si, sin remedio pero medicado"

Escucharla me sumerge en abismos solo atenuado por las dosis de olvido químico que me receta. No se puede tapar un recuerdo y yo que lo recuerdo todo, la puta madre que lo parió. No elegimos los recuerdos ni los olvidos, alguien por allí dijo: "Somos el conjunto de instantes que decidimos no olvidar".

No tengo remedio, ni receta, y eso me violenta y no es que esté en contra de la violencia, lo que quisiera ser es el encargado de administrarla a veces. Tantos años (doce) de ataques de pánico ahora necesito es un ataque de valentía.

Sumada a mi carencia de referencias emocionales, siento que las señales nunca han sido claras conmigo, mi cuerpo no correspondió a mi mente, mi cuerpo era el de una persona inteligente.

Prado: ¿Cómo ha amanecido?
Yo: Cómo pude
Prado: ¿Qué siente?
Yo: Siento que Miguel mi amigo me envidia.
Prado: ¿Está preso o en un neuropsiquiátrico?
Yo: Cualquiera de las dos opciones le cabría.
Prado: Debería encontrar una pareja Puñal.
Yo: Yo, soy impar Prado y no intente levantarme el ánimo.
Prado: Soy especialista en levantarle el ego a pelotudos.
Yo: No ve que estoy gordo.
Prado: Lo que tiene es trastornos de deglución.
Yo: Le mandé un mail el otro día. ¿Lo recibió?
Prado: Si, y le voy a pedir que cuando me mande un mail no solicite confirmación de lectura, es paranoico, no sea obsesivo…
Yo: Es que no encuentro la salida
Prado: La única salida… es "La salida"

A pesar de todo confío en mi psicóloga, ella va a terminar de juntar los pedazos a pesar de mi búsqueda deliverada del sufrimiento, confío en que conservo intactos a mis ideales "No los use nunca". Hoy acepto que no fui, no soy y nunca seré una prioridad para nadie o alguien o como mierda se diga o escriba...

Me gustan los problemas no existe otra explicación.

PD.: Se pide a la población el paradero de mi sentido, Muchas gracias.

PD (1). Pueden dirigir sus quejas a la lic. Prado en el Hospital Alvear en donde un grupo de expertos analizará su reclamo


domingo, 24 de octubre de 2010

Muerte de un viajante

No siempre dejar pasar el último tren es mala idea decía Auschwitz. Viajar en la línea D, en ese tetrix humano requiere estar narcotizado. Poseo un sensor atrae viejas pelotudas en el subte siempre me toca compartir mi travesía con una de estas señoras, forman parte de un universo hostigador que no se deja vencer fácilmente, por suerte viajan sin su perro que es siempre feo chiquito y odioso, ven televisión todo el día, toman licor a escondidas, son chusma de barrio, duermen dos horas, compran con changuito, van al banco dos horas antes de que abran, van a todas las reuniones del consorcio, buscan precios y critican a la juventud. En el subte se juntan a criticar a las parejas que se toquetean, a los que roncan en estéreo para no cederles el asiento y siempre cerca Mio, te cuentan sus problemas, te piden el asiento estas septuagenarias y una vez sentadas se ponen a mandar mensajecitos con el celular (no era que no sabias usar la video), cuando se paran para bajar eligen ellas a quien le corresponde el asiento.

Me voy a comprar unos auriculares bien grandes y bien visibles y cada tanto cantar un estribillo de Arjona para contrarrestar a estas viejas preguntonas y con ganas de hablar. Considero que si no se incendia el subte o si se tiró alguno no hay motivos para hablar con alguien en el subte. Una vez una que no soportaba que leyera ese diario de mierda que regalan en el subte me dijo: "Señor me puede llevar LA PUNTE", le conteste "señora es que estoy leyendo cosas interesantes" y esta seguidora de Tolstoi me mando a la mierda. Tengo una máxima si estas viejas están con tacos altos no les doy el asiento, pero va a empezar a haber viejas embarazadas, la ciencia lo va a permitir. Con estas viejas hay que armarse de paciencia...¡¡¡hay que armarse!!!

La agresión sonora que se recibe con versiones conmovedoras de charango, los que vociferan temas en inglés sin saber la letra ni inglés, cantan como perros y encima con amplificadores, se aplauden a si mismos. El ciego que canta aparte es sordo, tiene la gracia musical de una locomotora del Roca a atropellando a una Ford F100 llenas de cajas fuertes blindadas. Hay una mina que canta canciones de Piero, termina de cantar no espera la moneda y se va a otro vagón al grito de "Viva el general Perón carajo". Pero hay excepciones que logran romper mi autismo, hay una chica que es una persona feliz que no le teme al ridículo y que alegra mis idas a terapia; cada día preparo el dinero y lo dejo caer en su sombrero. Me hace bien las canciones de los Beatles que canta en el andén y si yo fuera pendejo me hubiera enamorado de ella, me alegro que exista. Los demás merecen una extracción lingual artesanal a puñal y de un solo tajo o degollarlos y disfrutar de sus últimos balbuceos antes que se desangren.

Otra fuente sonora de la que trato de alejarme sacándome un pasaje a Tombuctú son los usuarios de celular  probadores de ringtones durante el viaje, los que no tienen botón mute, los que hablan fuerte "no sabes el forúnculo que me salió en las pelotas", los tipos que mandan un besote (no podes ser tan puto), las mujeres que exigen un te quiero al pasajero y no se conforman con un "yo también", me dan ganas de sacarle al tipo el celular y putearlas por pesadas, los que andan por la vida con el manos libres de su celular colgado de la oreja en forma perenne, los que mienten su ubicación por celular, me dan ganas de pisotearles el puto celular. Los que escuchan música con los auriculares puestos y es al pedo insultarlos porque no te escuchan ¿Que haces con ese sobre de Ketchup en la oreja?, "Escuchando salsa". Y me cago de risa cuando suena un celular todos lo sacan a ver si es el de ellos, y hay gente que te habla cuando hablas por celular, es la misma que te da un folleto cuando venís con varias bolsas en cada mano del supermercado.

Me generan una furia incontenible los vendedores de CDS de música que se quedan veinte minutos en el vagón de subte tratando de vender la mierda que venden con esos equipos gigantes a todo volumen reproduciendo casi siempre cumbia villera, y los pasajeros que pretenden escuchar los temas como si fuera Musí mundo. ¿Cuántos vendedores de guía T pueden convivir en la línea D?, es un fenómeno de marketing que no logro comprender. Hay dos tipos de vendedores los que se mandan unos speechs impresionantes, le ponen garra, suspenso, actuación, entusiasmo, cambios de ritmo y los que balbucean bajito y a los pedos que no se les entiende nada, ni siquiera lo que venden, a esos le haría una traqueotomía a puñal.

Estoy seguro que entre la estación Pueyrredón y Agüero hay cadáveres enterrados en estado avanzado de descomposición desde hace unos 15 años. Cuando llueve en la estación Bulnes siempre sube un idiota con el paraguas mojado y me lo refriega por toda la ropa inexorablemente. Nada me cambia mas el humor que me pise un gordo pelotudo la uña encarnada y que después de pisarme se para entre la mina más linda y yo, generando un eclipse total de posaderas.

Los malabaristas (hay una especie de brote de habilidad del que yo resulté inmune), los travestis, transformistas y todo ese tipo de engendros no son recuperables, los shows de los actores son del berretismo mas infame y asustan con sus gritos, los magos que cuentan chistes son mas boludos que los magos comunes. Los que andan pidiendo con una receta de 1940 o con carteles con horrendas faltas de ortografía. Los pasajeros odian ser generosos anónimos no sueltan la dádiva hasta que los ven los demás pasajeros y el receptor de la limosna.

He tenido tantas experiencias cercanas a la muerte: la gripe porcina, un tipo al lado Mio que tardaba un siglo en tipear me fijo y había escrito "tengo el dinero y estoy armado" y sentí que me mataría por descubrir su secreto casi me mata de un infarto. El día que se cortó la luz y caminé de la mano de una lesbiana vieja que era una mezcla de Raúl Porcheto y Nina Peloso por el túnel (todavía hoy no pude dilucidar si era una mina muy fea o un trava muy lindo)

Pero también he tenido experiencias  que me partieron el alma (a veces me pasa), en la línea D hace años viaja una chica llamada Nadia cuya edad es difícil de determinar porque tiene casi todo su cuerpo quemado, sólo tiene un poco de cabello en la nuca, con la que se hace una trenza oscura y prolija, no tiene orejas y los brazos concluyen en dos muñones, y está siendo tratada en el hospital del quemado y ya lleva hechas un montón de cirugías. Un día hace tres años venía yo del laburo y como siempre que la veía le daba un billete, ese día yo estaba leyendo un libro y Nadia me preguntó ¿Es lindo?, le contesté "si, es lindo" y se lo regalé. Ella entonces me dio un beso. Yo me quedé pensando alguien la abrazará alguna vez, alguien se enamorará  de esta niña a quien conozco desde sus seis años. Jamás la volví a ver desde aquel día, yo todavía siento que no me fui de ese vagón...


PD: A los de Metrovias los vivo puteando y estoy por pedirles que me devuelvan la guita del subtepass (tengo 6 viajes) y no viajar nunca mas

PD1: Si alguien sabe algo de Nadia háganmelo saber, su desaparición me resulta extraña porque todo el mundo la ayudaba. Tal vez como leí por ahí "Nosotros nos parapetamos detrás de nuestro rostro, al loco lo traiciona el suyo. El ofrece su demencia a los demás. Habiendo perdido su mascara muestra su angustia, se la impone al primero que llega, exhibe sus enigmas, sus misterios, sus miedos, sus vergüenzas, sus pudores. Tanta indiscreción irrita. Es normal que se los encierre y aísle".
Creo que la frase es más o menos así y también creo que es del Quijote pero no estoy seguro. Si lo saben también háganmelo saber.

Ahora, algunas rarezas de nuestra vida cotidiana en nuestros subtes....




domingo, 17 de octubre de 2010

Enterrado en vida

Los caminos tranquilos hacen historias aburridas dicen algunos, o que la aventura comienza en tus anhelos dicen otros. Puede ser todos los días de mi vida desciendo por las escaleras de la línea D, el subte que me conduce al abismo, el expreso de medianoche, al Averno.

El Averno es un inframundo, un cráter, un pozo para griegos y romanos, un lago donde no sobrevolaban las aves. Viajar en la línea D es ingresar en una suerte de dimensión paranormal, superpoblada de especimenes inverosímiles como seres humanos, allí veo diariamente a los ejemplares más patéticos. Me divierte investigar a esa gente, analizarlos, descifrarlos y he desarrollado algunas teorías respecto de sus conductas y otras habilidades como por ejemplo medir las capacidades de los vagones de subte, muéstrenme un vagón lleno y te digo cuantas personas mas entran.

Es el sótano de los vencidos, de los pobres, pero "como la plata no hace la felicidad" (jamás pude averiguar ¿quien dijo semejante boludez?), ese es mi lugar, aunque evidentemente no nací para ser pobre y andar en subte, el tener " bombón asesino" como ringtong, poseer tarjeta Shopping y estar por mudarme a González Catan me califica como tal.

Viajar en la línea D es la muerte de un viajante, pero en los subtes y en la vida nunca le pego a la salida mas directa, yo ya me dí cuenta que mi tren partió hacia otra parte, por eso es mi medio de transporte de casa al trabajo (no es fácil vivir en Puñalandia). Pero como la felicidad es un trayecto no un destino agarrense que sale la formación.

Odio la gente lenta y todas las mañanas cuando llego a la ventanilla de la estación Tribunales la vendedora de boletos esta siempre hablando por celular, jamás me da las monedas de vuelto, con la plata que me saca y lo que gana se debe ir de vacaciones al caribe, (yo ni a las Toninas). Ya arranco de mal humor y estoy evaluando la posibilidad de pagarle con monedas embadurnadas con excremento de cacatúa. Odio a esos muñecos vestidos de celeste, no son humanos nacieron para estar bajo tierra y detrás de un vidrio, un día voy a pasarles gamexame por el hueco y mirar como mueren como ratas. Ganan más de cinco mil pesos, hacen paro cada dos días, habría que ponerlos en las vias y pisarlos.

Después del tiempo perdido con la vendedora, están esas personas carentes de habilidad para agarrar las monedas de vuelto, o que tienen problemas para cargar la tarjeta magnética (Monedero), pero las que me sacan son las minas que le hacen sacar el boleto al hijito de dos años, mientras estamos todos los boludos en la cola esperando. Yo viajo hasta Congreso de Tucumán y en esa estación vivo uno de los momentos mas felices de mi existencia y es cuando paso con mi tarjeta por el molinete de la estación y miro al último de la enorme fila de la boletería.

Pasada la prueba de comprar la tarjeta, siempre esta el idiota que llega al molinete y recién ahí se pone a buscarla tarjeta, me dan gana de pasarlos por arriba. El momento feliz acá es cuando me dicen "pase, se rompió la maquina" y paso sin pagar. Luego  están los que toman el ascensor, no se puede creer, no se les debería permitir el uso del ascensor a quienes no sean o viejos o mujeres embarazadas y a punto de parir. Tomar el ascensor es de puto.

Con las escaleras ya de chico tengo problemas una vez una me tragó una zapatilla y siempre dejan de andar cuando yo subo, pero para hacer al descenso mas divertido elijo a una persona que está bajando e intento pasarla (compito), pero rara vez puedo hacerlo porque están los que bloquean el paso poniéndose al costado de otro y no deja pasar a los que venimos corriendo como locos. Ni que hablar del imbécil es que frenan de golpe y originan choques en cadena. Jamás tiro el pasaje de subte en los tachos, yo lo tiro por el tobogán de goma de la escalera mecánica y compito a ver quien llega mas rápido " la tarjeta o yo", una vez por no perder a un boludo que no se corría le tiré a la mierda el quincho, pero perdí, me ganó la goma del pasamanos. El otro día lo hice, había auto apostado mi vida, pero había una gorda que ocupaba los dos carriles de la escalera mecánica el lento y el rápido, le venía ganando la apuesta a la tarjeta y/o goma del pasamanos, pero la gorda no me dejó pasar perdí la apuesta desde ese día pienso que moriré, debí empujar a la gorda.

Me molestan los niños que pasan la línea amarilla y se acercan peligrosamente a las vias, no tanto por los niños sino porque temo llegar tarde al laburo por una demora innecesaria. Una vez dentro del vagón no hay mas humillante que ser el único que va parado, a pesar de que siempre pongo en práctica mis capacidades deductivas para saber quien se va a parar primero, a veces fallo, deberían tener prioridad los que tienen sueño o leen. Pero me sacan los zoretes que suben y al verificar que no hay asientos disponibles, eligen ubicarse al lado de uno, cuando uno precisamente es el único que va parado.

Esta el que se sienta a 45 grados y no te deja lugar, en esos casos debería usarse una motosierra con estos pasajeros expansivos. Los que separan a los novios o amigas y no se dan por aludidas, a esos directamente los haría bajar del vagón, los que se duermen y se van cayendo encima de uno, los arrojaría del subte todavía en movimiento. Las viejas que no se pueden mantener en pie y rechazan el asiento y uno siente que en cualquier momento se nos caen encima habría que encadenarlas a esos caños que ahí.

Las chetas que se creen que el subte es el tren a las nubes, que hacen comentarios ridículos como "pero mira que buenos que están los asientos, no se ¿De que se quejan?, agarraría a esas pacatas  de los pelos y las llevaría al primer vagón diciéndole que es el vagón de primera el que le corresponde a ellas ¿a ver si les parece divertido o re loco boló?

Odio a los mal cogidos que abren las ventanillas y hacen que el diario se torne ingobernable por el viento cuando hago el sudoku, a los ridículos que se abanican con el pasaje, los especímenes de idiotez supina que respiran los vidrios para que se empañen, y los que se agachan constantemente en el subte ¿Qué carajo miran? y los que me tocan el hombro contrario al que estoy parado.

Los que si son unos genios son los de Metrovías, "Metrovías estamos trabajando para joderlo un poco mas", hace tres años que están probando el equipo de sonido los imbéciles (¿quisiera saber cuanto tardarían en poner todas las estaciones del mismo lado?) "Metrovias informa que la línea A Primera Junta - Plaza Mayo, presta servicio con demora debido a los dirigentes de TBA, disculpe las molestias ocasionadas" o "Su atención por favor se ruega a los señores pasajeros cuidar sus efectos personales, hay pungas en la formación. Muchas Gracias",  no se puede creer si los reconocen ¿porque mierda no los denuncian? Lo que si diseñaron estos iluminados es un sistema mediante el cual uno manda "Me están afanando al 31416"  y no solo avisa, sino que además participa de un sorteo. Yo me pregunto ¿quien carajo se va a acordar del valor de Pi (3,1416) en el momento que lo están choreando?, cuando lo recuerda el ladrón ya está en la loma del... (6786) orto. Los mandaría a la puta que los parió pero numéricamente.

Los que se paran en la puerta la traban para que no se cierre, la sostienen para que ingresen los rezagados, ¿A que hijo de la gran puta se le puede ocurrir hacer eso?, que pretenden ser el hombre araña, los empujaría pero para el lado de afuera por supuesto.

Pero en el subte D hay cosas que disfruto: me pone feliz el suicida que falla, queda hecho mierda pero no muere, la modelito que se engancha el vestido queda en bolas y llora. Pero el que me mata es el  superhéroe que intentando ayudar en el ingreso a otro lo toma de los brazos, la puerta se cierra y este último muere estampado al final del anden, viene Crónica, lo ponen en bolas, lo acusan de asesinato, lo sentencian, en la cárcel lo penetran, contrae HIV y termina suicidándose precisamente en el subte en hora pico y su cuerpo lo donan a la Facultad de Medicina....

PD: Si bien no es política de este blog analizar la actualidad, surge inevitable la comparación entre la experiencia de viajar en los subtes de Argentina y la vivida por los mineros en Chile, en donde rescataron a 32 personas y un boliviano (diría Crónica). La apasionante historia de Jimmy el bígamo que convivía con dos bichos canasto, (mezcla entre Tevez y Mamá Luchetti). En la tele comparaban su hazaña con los uruguayos de Viven, estos son 33 boys scouts que se pasaron dos meses de campamento en San Antonio de Areco, salian afeitados y con los Raiban para el sol, jugaban a la playestation, comían ravioles a los cuatro quesos, los uruguayos cenaban filete de nalga humana sin sal. Salían cagados de risa hasta que tenían que abrazar a los bichos que tienen como esposas.
Los que viajamos en subte estamos adaptados a vivir bajo tierra, viajar en hora pico es un acto cuasi amatorio y no hacemos tanta alharaca.

Como conclusión podemos decir: Que la minería a cielo abierto es el mejor método de extracción, que la fe mueve montañas, y también que si no vas a ellas, terminan por venir a ti, que hay vida después de las minas. Confieso que sentí algo de envidia yo se lo que es estar enterrado en vida y nadie me hace semejante recibimiento.

PD1.: Será hasta la próxima estación (el domingo que viene), sino vuelvo a escribir es que intenté tomarme el subte desde abajo, a lo mejor tengo suerte y a la mierda todo….

domingo, 10 de octubre de 2010

Diogenes y el Lingera

En ese momento estaba resistiendo a la nada que es más fuerte que el todo. Hace tres años al morir mi vieja heredo su departamento, sus muebles y el legado “su perro”, un Dobberman gigante al que ella adoraba y viceversa.

Yo estaba por debajo de la línea de pobreza, no tenía techo (como los colegios porteños), estaba como Elvis (viejo, gordo, añorando éxitos pasados y sin dimensionar mi decadencia).  Entonces a mi hermana Marisol se le ocurrió la idea y dijo "-.si te mudas a lo de mamá  Te haces cargo de Babau” (ese era el nombre del perro). se hacen compañía mutuamente, ese perro es muy bueno e inteligente.

No sé si debido a la ausencia de su dueña o el contacto conmigo pero el perro experimentó una serie de cambios, su inteligencia que otrora lo caracterizaba desapareció por completo, se había transformado a un perro tonto al que jamás logré comprender. De todas maneras acepté la invitación ("No tenía otra") y me mudé, parecíamos Babau y el Lingera”

Soy antisocial, es el resultado del trabajo de años, de décadas, de toda una vida, tengo tan poco paciencia que si hubiera dependido de mi no hubiera ni nacido, pero como estaba obligado a cohabitar con la mascota y compartir con él, su espacio, su lugar. De entrada intenté poner en práctica un conjunto de técnicas, mediante el empleo de pelotitas, huesos, que permitiera la realización automática de ciertas destrezas, pero jamás logré que el perro comprendiera las consignas impartidas.

Mi hermana advirtió de entrada que la convivencia se iba a complicar, y comenzó a dudar de mi capacidad para cuidar al cachorro diciéndome "A vos se te secan hasta los potus", por ende contrato a un paseador, un instructor, un cuidador, un madrugador. Todos los días a las siete de la mañana el portero llamaba dos veces, era el paseador. Cuando el perro escuchaba el timbre se ponía como loco, yo en ese momento que estaba durmiendo era atacado por una bestia de sesenta kilos, me levantaba semi inconsciente, agarraba su correa, su bozal se lo colocaba y era arrastrado hasta el ascensor por la bestia enardecida, en dicho trayecto yo pisaba de manera inexorable el excremento generado por el.

Yo vivo en un edificio céntrico en el que la mayoría son estudios de abogados, la cara de estupor que ponían los ocupantes del elevador al verme con semejante bestia, con los pelos parados, semidesnudo, descalzo y con olor a mierda, pretendiendo ingresar al ascensor era de horror, de espanto. Otras veces debido a mi torpeza la pequeña mascota directamente se lanzaba por la escalera, esto hacía que yo debiera bajar los tres pisos de a tres escalones. Al llegar a la planta baja yo me encontraba al borde del infarto.

Advertida mi hermana de mis abruptos amaneceres, comenzó a torturarme con llamados telefónicos para preguntarme boludeces una hora antes o sea a las seis de la mañana. Marisol no es pesada pero tiene una ligera compulsión a la repetición, compartimos nueve meses de útero, la infancia, y la adolescencia pero en ese momento me hartó y le descolgué el teléfono. Andres y Javier Calamaro son hermanos (como Marisol y yo), después dicen que dios no juega a los dados.

Todos los días incluidos los sábados a las veinte horas el paseador me restituía al bicharraco, el perro llegada se dirigía al lugar donde estaba su vianda (un kilo de Eukanuba era su ración o sustento diario), se tomaba un balde de agua, agarraba su hueso y se iba al balcón y el boludo le ladraba a cuanto auto pasaba en la calle, sólo interrumpía su rutina cuando evacuaba su intestino (cinco veces por noche), se comía un CD nuevo, o un par de zapatos. Pensé en comprarme un rifle de aire comprimido para implementarlo como herramienta en un proceso de reeducación canina compulsiva, y ponerle al perro los pañales "Plenitud", los que usan las personas mayores, (el tipo que le puso Plenitud a los pañales para viejos es un sádico hijo de puta), pero opte por llegar a una especie de pacto con el animal, "si aúllas o ladras no te doy tu comida".

Si bien yo confundía a Garfield con Snoopy con el tiempo logré mejorar la convivencia con Babau, yo no intentaba hacerlo columpiar, oscilar, menear, bambolear, brincar, dar la pata, traer el hueso arrojado como si hacía mi hermana cada vez que venía a visitarlo, infructuosamente intentaba demostrar la versatilidad del perro, pero este jamás respondió a sus pedidos, el perro era torpe, no entendía razones, no mostraba entendimiento, Marisol tampoco. Al advertir esto comencé a extorsionar al bicho diciéndole "Mira que viene Marisol" y empieza a pedirte destrezas. Mis misivas lograron en el animal una metamorfosis una transformación increíble.

Por mi parte yo estaba pasando un momento económico complicado, se me habían acabado los fideos, el café y lo único parecido que tenía a un comestible era el dentrífico, al principio yo comía osobuco, carne picada, pero con el tiempo le entre al Wiskas que mi hermana traía para el can. A diferencia del perro del hortelano este perro me dejaba comer, siempre y cuando no disminuyera su ración.

Mi humor de perros fue desapareciendo, no nos jodiamos uno a otro, el dejó de ladrar y de cagar cinco minutos antes de que venga alguien y yo no le exigía ninguna prueba para lo que obviamente no estaba capacitado. Éramos dos vagos conviviendo, me sentía normal como el Dogui, nuestro nivel de felicidad era semejante.

Un domingo dormía la siesta, dejé la canilla abierta del baño, me desperté en Venecia, faltaba el tucán para que sean las cataratas, busqué al perro no estaba, pensé "Se fue con Noé", "que triste Venecia si no estas tú", pero lo al final lo vi., el boludo de Babau se puso a nadar y no me aviso. Casi lo tiro por el balcón, lo impidió la protección de balcón que mi hermanita hizo instalar para que el perro no se tire, cosa que también me jode, no puedo apoyar los codos y mirar, ni vaciar el cenicero, ni escupir como un guanaco.

Después de un paso por el lado oscuro de la vida, uno tiene las cosas mas claras y he desarrollado una teoría: Los perros se parecen a sus dueños (muy difundida) pero yo considero además que poseen (perros y dueños) inteligencias equivalentes. De casado teníamos un perro Conand que era inteligente, fue secuestrado y el mismo negocio su rescate, yo juraría que ese perro leía, comprendía todo.  Todavía recuerdo el llamado del secuestrador pidiendo el rescate:

MI ex: “Quiero una prueba de vida”
Secuestrador: "Espere que le paso con el perro"
Perro (Conand): Ladrando se dio a conocer y entender.
MI ex: "Necesito un tiempo"
Yo: ¿Qué? ¿ Piden mucha guita?
Mi ex: " ………"

Aclaración. Hoy a la luz de los hechos sé lo que el perro le dijo " Si sigue ese pelotudo ahí no vuelvo mas". Pagué el rescate y me tuve que ir de la casa con el 100% de los votos.
También recuerdo a mi hijo en su bicicleta pegando carteles con su foto (una foto reconocible), no como todos los boludos que pegan en los postes fotos irreconocibles de sus perros perdidos. Yo estaba seguro que si el perro veía esos carteles volvería, pero lo había secuestrado un vecino (real), hace un tiempo lo vi iba con su paseador era el único que no iba atado, es el primer perro adiestrador de perros, no me reconoció (también real). En esa casa todos eran inteligentes (salvo yo obviamente), el canario, Sigmund (por Froyd) vivió quince años, era el ave Fénix una vez dijo " cuando muera, por favor no me incineréis, entiérrenme”. Es mas mi ex le quería poner al perro "La can" siguiendo la corriente psicoanalítica mascoteril.

Mi hermana comenzó a ver mal al perro y decidió llevárselo a su casa. Yo pensé "Me quedo sin el alimento balanceado", me ofrecí a pasearlo todos los días con ese tutu ridículo que le ponía. Amenacé con tirarme del balcón, al grito de ¡¡¡es demasiado!!!  pero la protección instalada por ella me lo impidió, el perro pensó "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos". Llegó el DIA, yo lo había adiestrado toda la noche diciendo "Mañana viene Marisol, no quiero ninguna manifestación de alegría". Marisol llegó, me invito a despedirme de Babau (que estaba inmóvil) y así lo hice y al hacerlo me miró, me clavó la vista y por primera vez lo comprendí, con su mirada juro que me transmitió ¡¡¡Por favor matame!!!...



Pd. Babau ya no está, debe estar con mi vieja saltando, jugando, feliz de volver a ser un perro inteligente. No se ¿que decir de mi?. Supongo que eso dice suficiente de mi. Fingí un autosecuestro pero mi familia esta vez solicitó "Una prueba de muerte" y corté.

Pd1. No se si el domingo que viene voy a escribir. Hay una vecina que me tiró los galgos. Se lo conté a Marisol y me dijo "¿O es ciega o paseadora de perros?, por las dudas no vayas, porque los galgos van a quedar tan gordos que van a parecer chanchos.


domingo, 3 de octubre de 2010

La Vecinita

Si hay algo que odio es a los vecinos. ¿Quién mierda inventó a los vecinos?- Cuando fumo en el ascensor me incomodan con sus toses exageradas, y falsos síntomas de asma- Me cansé de los brotes depresivos del gordito del tercero hache y de su esposa a la que encuentro cada vez que salgo en bolas a sacar la basura, al perrito que tienen lo voy a secuestrar y lo voy a colgar del hall de entrada del edificio, porque me muerde las bolsas de basura, como no tengo perro cada vez que salgo les pateo sus bolsas de basura como venganza.

Tuve todo tipo de vecinas: la diosa que resultó ser travesti, la que caminaba desnuda pero era flor de bagayo, la que me tocaba el portero eléctrico diciendo "Señor soy la vecina del octavo, me olvidé las llaves en la casa de mi mamá" ¿Podría bajar a abrirme la puerta?

Pero esta es la historia de la psicóloga del sexto piso en un edificio en el que viví, era  la mujer que uno espera que se quede sin pan y venga a pedirnos e invitarla a pasar a la cocina, que es un lugar en donde uno se distiende, intima, se sincera- Me la encontraba siempre en el ascensor y los sábados tomábamos sol cada uno en su balcón y yo musicalizaba su bronceado y el mío (color Casper siempre adquiero). De la ventana de mi cuarto se podía ver la cocina de mi vecinita.

Era una noche de enero tranquila pero de un calor agobiante, era temprano y me disponía a abrir una lata de atún e intentar dormir (mis envidias se acuestan temprano). En eso estaba y me encontraba rodeado de una absoluta oscuridad, cuando un reflejo de luz proveniente de la cocina de mi vecina atravesó mi cuarto. Me levanté cautelosamente, por que como Charly "Yo nací para mirar lo que pocos pueden ver, yo nací para mirar" y la luz de la heladera me permitió verla como me la había imaginado mas de una vez “En pelotas”, (y si queres conocer a una mujer no hay que escucharla hay que mirarla), tomaba del pico de una botella, y su figura estaba iluminada por la tenue luz del refrigerador, su lenguaje corporal delataba su sensualidad.
Preso de una tensión indescriptible allí estaba yo a escondidas mirándola paralizado.
Me acordé de Napoleón que decía " Todo hombre debe decidir, si se .lanza a triunfar arriesgándolo todo en la vida o si se sienta en su balcón tranquilamente a contemplar el desfile de los triunfadores y opte por buscar mis binoculares sentarme y contemplar, yo en la vida ya me tiré a la pileta y de traje, y así me fue....

De pronto en la penumbra dos brazos masculinos de físico culturista emergen y  
rodean a mi vecinita, ésta se da vuelta y comienza a besarlo, al hacerlo suelta la puerta de la heladera y queda todo a oscuras, sólo se veían perfiles difusos, en mi intento de ver, hago un mal movimiento que genera un ruido….Pensé soy el agente 006 me sentí  el maquillador de una película porno, toda mi vida fui un actor porno esperando su oportunidad, porque si hicieran una película con mi vida  la catalogarían de drama, de ciencia ficción pero cómica o porno clase “C” (porno de bajo presupuesto). El ruido atrajo la atención de este  gorila escapado de Temaiken y al darse vuelta se percató de mi presencia observándolos...había sido descubierto en mi intención de espiarlos y robarles ideas, y sabiéndose observado el hijo de puta incrementó su efusión, su pasión  y no me tuvo compasión (“eso es atacar la heladera”, pensé).

Paralelamente abrió la heladera y me encandiló (todavía hoy no puedo comprender la cantidad de luz que salió de esa heladera, salvo que tuviera una fotocopiadora adentro y sacando fotocopias) y me paseó su esbelta figura desprovista de ropas que la suavizaran, y en una predisposición no muy fácil de disfrazar, para que yo lo vea, me deslumbre, lo envidie, (Las comparaciones son odiosas, porqué odio los resultados). Fue hasta la heladera y vertió agua por todo su cuerpo como diciendo "Toma para vos que en la heladera debes tener sólo  jarras vacías, refresco rinde 2 mas diluido o agua Manantiales (el que determinó que el agua es insípida no probo Manantiales), giró y me clavó la vista...

Pensé en sentarme en la ventana y tirarme para atrás como los buzos, inmolarme o ahorcarme desde mi balcón para que vean mi cadáver colgado en su ventana, pero como un sigiloso Ninja asesino me deslicé reptando hasta mi cama , con tan mal fortuna que me pegué como tantas veces el dedo meñique del pie contra la pata de la cama... Me encaminé entonces como pudo hasta la heladera pero estaba vacía, ni hielo tenía para ponerme, quise tomar un frasco pero lo habían enroscado mal y se cayó al piso...

Ahí estaba con la heladera vacía, el dedo del pie roto, las bolas llenas y pensando que ese tipo estaba por cumplir una de mis fantasías, agarrar a una mina en la mesada de la cocina, una fantasía que jamás pude cumplir por miedo de agarrarme los huevos con el rayador. Y le deseé "Ojala que se te rompa la heladera y se te pudra todo, Walt Disney”. Pensé en llamar a la radio y pedir un tema de mi trovador favorito Arjona, pasarles el himno como en los telos a todo volumen, o leerles los poemas de Belén Francese con un megáfono y arruinarles la noche de pasión, pero el dolor del pie me lo impidió.

Con el meñique del pie destruido arrastrándome como pude sin pena y sin gloria llegué hasta la ventana y a pesar del calor reinante, la cerré, puse música a todo volumen. Ya los había visto, lo único que me faltaba era escucharlos…


PD.: Intenté después de esa experiencia ponerla en práctica regando en bolas el jardín, pero mi pareja en ese momento me lo impidió diciendo “Van a creer que estoy con vos por el dinero”

PD1.: Cansado de tropezar siempre con la  pata de la cama, he decidido amputarme el pie.