sábado, 13 de noviembre de 2010

La Gallega

La historia de hoy es para que la lean las personas que me quieren, en voz baja, junto al fuego, en una tarde de lluvia, en un amanecer solitario o en una noche de insomnio.
 Mañana se cumplen tres años de la muerte de la mi vieja "La Gallega".
 Una tarde de octubre me llama mi hermana diciéndome "Mamá no esta bien", la llevamos al Clínicas y a pesar de que ella sostenía que no tenía nada los médicos decidieron que debía quedar hospitalizada dada la gravedad de su estado.

 Recuerdo que la sentaron en una silla de ruedas y le pusieron un suero en la Guardia. Ella a los gritos culpaba a mi hermana de su internación a la vez que se quitaba el suero y se paraba para irse.

Mi hermana por su parte le juraba que cuando terminaran los estudios la llevaríamos a su casa, pero ella no entendía razones y se volvía a arrancar el suero. A mi me decía Marisol es mala, vos sos bueno "sacame de acá". Uno de los enfermeros (un trolo insoportable) al ver que era incontenible la ató con cinta adhesiva a la silla de ruedas, pero lo hizo de mala manera apretó en demasía la venda.

Ella me clavó la vista como diciéndome ¿No me vas a defender?’. Uno en esos momentos esta como aturdido y piensa que los profesionales saben lo que hacen y no la defendí. Hoy pasado el tiempo siento que debí impedir que esa marica "Lady Gordiva" (asi la llamamos con mi hermana por lo gordo, trolo y divo) trate de esa manera a mi vieja. Veintiséis días en terapia intensiva, dos operaciones de intestino, transfusiones.

Los médicos nos decían que no ganaríamos esa batalla. El dolor era inmenso, además me conmovía la fuerza que le ponía mi hermana decía "Mamá siempre sale adelante" ya lo vas a ver. Los partes diarios cada vez eran peores, no estaba lucida por mas de cinco minutos por día.

Fiel a su temperamento "La Gallega" lucho con toda su fuerza no se rindió, lucho hasta el final En la Terapia Intensiva del Clínicas todo es un procedimiento, tomar la fiebre, cambiar un suero, los médicos hablan como el culo "Hizo fiebre" "Hizo un infarto (Tiene fiebre, tuvo un infarto hablen bien) , además se cubren diciendo que el pronostico no es bueno, a pesar de todo mi hermana seguía sosteniendo "mamá saldrá de Terapia Intensiva".

En sus pocos momentos de lucidez mi vieja se daba cuenta de lo tristes que estábamos, mi hermana le llevaba muñequitos y fotos de su perro, yo sentí que se quedaba hasta que nos demos cuenta de algo, hasta que entendamos lo que nos quería comunicar. Entre la garra de la gallega y la fuerza de mi hermana y a pesar de los pronósticos médicos a los veintiséis días mi vieja abandona Terapia Intensiva, los médicos no lo podían creer, la pasaban a una sala común. A las once de la mañana de ese quince de noviembre cuando la pasaban de la camilla a la cama mi vieja nos mira y nos dice "Estoy muy contenta de que trabajen juntos", y en ese momento comprendí que ese era el mensaje que nos quería dejar, "debíamos seguir juntos en adelante", Fuimos con Mary a comprarle sabanas (no nos gustaban las del hospital), cubiertos, un plato, un vaso y volvimos al hospital. Me despedí diciéndole "Vieja me voy a trabajar a la tarde vuelvo, se queda Mary". Fue la última vez que la vi, estaba bárbara, hablaba, lucida, nos reconocía.

 Ya entrada la noche yo me encontraba trabajando y me llama mi hermana diciendo "Mamá se descompuso", voy corriendo al Clínicas al llegar seis médicos trataban de resucitarla, se sobrepuso a dos infartos, los médicos se turnaban para hacerle el masaje cardíaco, hacía un calor insoportable, salían todos transpirados a explicarnos lo que estaba pasando en la habitación, mi hermana al ver que no salía del paro cardíaco y ante la consulta de los médicos ¿Seguimos? dijo el límite es su dignidad, si no va a quedar bien no continúen, la gallega se había cansado y nos dejó.

 Los seis médicos nos rodearon y trataron de consolarnos durante una hora, en ese lapso fallecieron otras cuatro personas pero ellos tal vez conmovidos por lo que luchamos los tres (mi vieja y nosotros dos) no se apartaron de nosotros, nos felicitaban por que no faltamos un día, una noche, un informe, dimos sangre dos veces en menos de un mes, no le faltó un remedio. Mientras los médicos nos hablaban no sé ¿porqué? recordé que de chico teniendo a mi viejo internado le pregunté a mi vieja ¿Qué tiene papá?, ella no me contestó se fue a otra habitación a llorar desconsolada, fue para mi como ver al zorro caerse del caballo o a Batman pidiendo piedad, la recordé con la cara joven cuando rompía en llanto.

Veinte años después ante la misma situación le pregunté lo mismo ¿Que tiene papá? y esta vez me contestó, le queda poco tiempo de vida, la vieja mantuvo el temple y la frente bien alta, pese a la profunda tristeza, a sus manos arrugadas, le tomó pensé veinte años responderme la pregunta y yo vi aparecer a la heroína que había perdido en mi infancia. La gallega necesito pocas cosas pero las defendió a muerte, nos enseño muchas cosas a pesar de que no hablaba de ellas, nos enseñó de la mejor manera el ejemplo, que el verdadero amor es eterno.

Mi vieja era una de las pocas personas que conozco, asi pensásemos una aberración ella se ponía de nuestro lado, tenía una fe casi irracional en nosotros ("Te va a ir bien porque estudiaste"), amaba las plantas jamás se le pudría o secaba alguna "En España siempre teníamos flores del día". Nos enseño que al bondi se lo pierde corriendo, con ella aprendimos que los brazos no se bajan. Para ella no existía un "no puedo" o un "más tarde". Creo que fue feliz. No digo creo, estoy seguro.

Algunas lagrimas se exprimen con el corazón por eso duelen tanto. Dejé a los médicos y me fui a caminar toda la noche. A las seis de la mañana del día siguiente fui a la morgue, el morguero llegó dos horas tarde, me hizo pasar para que reconozca el cadáver, y me llevó media hora reconocerla, de sus facciones no quedaban ni vestigios, había dado todo. Me puse tan mal que le dije "esta no es mi vieja" el me dijo sentate, tranquilízate es normal que no la reconozcas. En un momento tome sus manos, las vi viejas, arruinadas, resecas por el tiempo, marcadas por la vida y ahí si vi una marca que tenía en una uña, una muesca que no le crecía en el dedo índice "era la gallega".

Con esa mirada del último día que la vi con vida comprendí que lo que ella quería transmitirnos era que sigamos juntos, unidos. Vieja quédate tranquila vamos a ser mejores, seguimos unidos, jamás nos separaremos, ese va ser nuestro compromiso, ese va ser nuestro homenaje….

Pd: Tengo mamá, igual que usted, sólo que la mía no vive.

Pd1: Tampoco puedo olvidarme de "Lady Gordiva", durante la internación de mi vieja en el hospital de Clínicas me lo encontré una vez en el ascensor apretando insistentemente el botón de cerrar la puerta y gritando "estos ascensores cada vez andan peor", lo miré y pensé "este trolo trabaja acá hace veinte años y no sabe que el botón de cerrar la puerta del ascensor no es mas que un placebo disfuncional que colocaron allí, para dar a las personas la falsa impresión de que de algún modo participan y contribuyen a aumentar la rapidez con que se realiza el viaje en ascensor, pero calle. En cuanto tenga tiempo voy a ir a buscarlo le voy aplicar un procedimiento (cagarlo a trompadas), es lo que hubiera hecho mi vieja, no tengo duda de eso.


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